Descubro que el amor se me escapa entre los dedos,
que mi alma rota por tu inconsciencia
me desgarra las entrañas del recuerdo.
Te creí, bebí tus palabras, tus caricias, tus besos,
recreando un futuro contigo,
enalteciendo esa esencia que éramos tú y yo,
ese espejo paralelo que se cruza y tu no entiendes.
Tu quisiste traspasar la puerta,
beber el amor que te ofrecí para escupirlo al tiempo
como si fuera el veneno que condenaba tu vida.
Yo te quise,
libre o con cadenas de otras manos,
pero te quise...
Cerré los ojos tan fuerte
para soñarte un mundo perfecto
que no vi la fortaleza donde atrapaste mi ilusión.
Perdida, busqué mil formas de trepar hasta tu cuerpo
con intención de abrazar tu alma,
y encontré solo la piel y ese deseo que nos llevaba
a la intersección perfecta,
de tu cuerpo y el mío...
pero mi alma se iba rompiendo
con cada beso que negabas haberme ofrecido.
Tal vez formaba parte del sueño...
Ahora me toca recomponer
los pasos que anduve hacia atrás buscándote,
para no mirarte de frente
y tropezar contigo
en la misma ruina de tu miedo,
tu soberbia y ese orgullo
de narciso enaltecido.
Muy bien, Marta, para eso estamos los amigos, me puedes dar un beso.
ResponderEliminarOtro para ti.
Por cierto... quién eres?
Eliminarjajajaja!! No lo había ni visto!! Es algo que estaba escrito rápiso hace tiempo... Sorry!! Besos!!
ResponderEliminar¡Qué pena Marta!, los dos sufriendo, cada uno por nuestro lado, por lo mismo.
ResponderEliminarBesos.
Y eres?
Eliminar