Doroty Gay: En busca de la Maga Amor

Hay veces que te preguntas si lo que haces es realmente lo que quieres, y si lo que quieres es realmente lo que sientes. Sobre todo a ciertas edades en las que no todo en ti está definido, ni tienes claro que lo que tienes que hacer es sentir y elegir lo que tú quieres y no lo que los demás quieren que tu sientas o hagas… Todo empeora cuando haces lo que piensas que los otros quieren que tú hagas, por lo que has podido escuchar en casa, por lo que te han enseñado en el colegio, o por los comentarios que tus amigas hacen sobre ciertos temas que a ti, en ese momento, te dan hasta vergüenza pronunciar. Yo no recuerdo bien cuando me perdí pero sí cuando me encontré…
Ya en medio de una vida socialmente perfecta, políticamente correcta y de foto familiar enmarcada en el salón, que yo imaginaba llena de niños, correteando alrededor de mis pies y del que yo había reconocido como mi futuro marido perfecto… Ocurrió lo que tarde o temprano tenía que ocurrir: un tornado me alejó de mis planes, llevándome a un mundo totalmente desconocido para mí, recorriendo un camino de baldosas amarillas para buscar a la Maga Amor. En el camino fui encontrando a personajes variopintos y singulares, con los que viví agradables y no tan agradables aventuras. La Mujer de Hojalata que deseaba tener un corazón y sentir; la Mujer Espantapájaros que pedía incesantemente un cerebro, y a la Leona que quería ser valiente. Ya iréis conociendo, poco a poco, mientras os cuento mi aventura en busca de la Maga Amor, a todos estos personajes y a muchos más, que a veces me dieron la mano y otras en las narices, y todas las aventuras que viví con ellos hasta encontrar mi destino.

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