Letras pasadas III

Sumergida en el silencio,
haciendo trampas al recuerdo,
la voz callada,
el tiempo quieto...
Cae la tarde,
se dibuja el mundo ante mis ojos.
Tu no estás en este fuego
de luz y silencio,
en este destello de vida y esperanza,
Surco el cielo infinito,
el horizonte, y después... nada.
Nada más este momento
de éxtasis perfecto.
Huelo, escucho, siento
y el aroma me sabe a primavera
me huele a luz
y cantan vida las montañas,
que poco a poco se difuminan
en este óleo impresionista
de sentidos, vida, luz
y paz en el alma.
 
 
 

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